El texto de la reforma pasa de mano en mano, de experto en experto y lo cierto es que nos lo están dando a conocer de a pedacitos.

Fuera las exenciones, que a decir verdad siempre han sido la vena rota del recaudo, todo lo demás merece ser analizado con lupa. El mensaje que hemos recibido es un “duro con las personas naturales!”, “gravemos a los asalariados con ingresos de más de 10 millones de pesos!” “Duro a los más ricos!” Como si esta fuera la solución, pero sobre todo el mensaje que debe ser recibido por los colombianos y por la comunidad internacional.

Si nos detenemos a analizar, lo que se está haciendo en realidad, es ir a conseguir recursos para un país que no los tiene, que no los produce, y para un país que pretende desmontar en 12 años una de sus fuentes de ingreso más importante, los hidrocarburos. Esto sin haber sustituido este renglón por otro, como por ejemplo con el turismo. El gobierno entrante piensa muy ingenuamente  que esto es como soplar y hacer botellas, que se puede hacer muy fácilmente.

Sustituir unos  ingresos con otros, como por ejemplo petroleo por turismo, donde no nos digamos mentiras, no tenemos la infraestructura (que también cuesta !), ni la sabiduría necesaria para ser algo siquiera similar a lo que son hoy los países que son potencia en este renglón ( y a los cuales les tomó más de 15 años convertirse, con mucha inversión, y atrayendo inversión extranjera!).

Esto no se hace de la noche a la mañana, y en nuestro caso nos falta mucho.

La competitividad de un país se mide también en la capacidad que tenga un inversionista para generar ingresos, pagar impuestos y obtener su utilidad. En esta feria de los nuevos impuestos, cero exenciones, cero estímulos, “gravemos a todo el mundo”, y “duro con el empresario”, el mensaje es un llamado claro a “invertir en Colombia no es una opción”.

Ustedes se imaginan lo que debe estar ocurriendo en las salas de juntas de las empresas extranjeras, las multinacionales y las petrolera al rededor del mundo ? “Señores, siguiente punto de la agenda, invertir en Colombia, pasemos al siguiente, revisemos esto en dos años, cuando hayan señales claras, no mensajes entre líneas”, y así, todos los días, en todos lados, incluso localmente, cuando el empresario sabe que lo único que quieren de el son sus impuestos.

Con esta cascada anunciada de impuestos y más impuestos, y “paguen más”, y “todo ponen”, el mensaje es claro : Colombia no es el país para invertir.

La Ganancia Ocasional

Como su nombre lo indica, este es un impuesto que no se paga todos los días, es de naturaleza ocasional. Se genera cuando un contribuyente obtiene una ganancia proveniente de la utilidad que genera la venta de un activo (poseído por más de dos años), una donación o una herencia.

Desde hace varios años veníamos gozando de un régimen modificado de este impuesto, donde había bajado del 33% al 10% y es indiscutible que los efectos fueron beneficiosos para el país, ya que la gente dejó de hacer maromas, esconder el precio real de la transacción y evadir impuestos, pues asumía que pagar el 10% de impuesto “ocasional” era justo.

Fue así como aumentaron las transacciones de venta de inmuebles en las cuales, además del elemental deber de hacerlo, la gente hacía la transacción por encima de la mesa, sin dejar pagos por debajo, todo por encima de la mesa. Diez por ciento de la utilidad generada en su totalidad iban para la administración de impuestos.

Lo mismo ocurría con las sucesiones, lo más ocasional en todo el sentido de la palabra, donde un heredero muchas veces no tiene como pagar el impuesto debido a que hereda en ciertos casos una porción de propiedad de un activo no comercializable, por ejemplo.

Por la misma naturaleza de ocasional que tiene  recibir una herencia, aceptar una donación o hacerle un regalo a alguien, negocios jurídicos plenamente válidos y amparados por los principios de buena fe y libertad en los negocios entre particulares, no deberían ser operaciones gravadas en exceso. Aquí no se está castigando a un empresario por generar mucho dinero, o a un especulador por hacerse rico, acá se está castigando a quien vende su casa de toda la vida, a quien tiene la suerte de poder realizar un activo y generar una utilidad que le puede servir para emprender, para concretar su pensión de jubilación, para repartir unos recursos entre su familia y generar bienestar.

Aquí se está cerrando la oportunidad de que los bienes pasen de una mano a otra mano, como mecanismo de planeación patrimonial al interior de una familia, o en el marco de un proceso de tránsito generacional, procesos en los cuales lo importante es llevar a cabo los procesos con la mayor eficiencia posible para poderse concentrar en lo verdaderamente importante, seguir adelante con el negocio, como fuente generadora de riqueza, empleo e impuestos, impuestos que ahora nos quieren poner por encima de las nubes y por fuera de cualquier razonabilidad que nos haga entender porqué tenemos que pagarlos, a esas tarifas y en esas condiciones.

A manera de conclusión 

Insisto que 10% de impuesto a la ganancia ocasional era una buena tarifa, razonable desde todo el punto de vista, y que de alguna manera logró una tregua entre un Estado con apetito impositivo y un grupo de ciudadanos acechados por todo tipo de impuestos (prediales, a las transacciones, al consumo, al valor agregado, al patrimonio, además de todos los impuestos indirectos, tasas y contribuciones, los peajes por las malas carreteras, para no citar sino algunos).

Se acaba entonces esta tregua y regresarán a sus bandos la Administración de Impuestos gravando a diestra y siniestra y los ciudadanos, arrinconados.

Hace unos meses, el reconocido You Tuber Yeferson Cossio, impresionado por su nueva realidad de contribuyente (pagar impuestos) se declaró indignado y afirmó  que iba a “renunciar a ser colombiano”.  Ver Nota de Prensa

Ser nacional colombiano es un estado y salvo una renuncia formal, es una condición que no se pierde. Una renuncia a la nacionalidad no implica automáticamente la pérdida de la condición de contribuyente. 

A partir de los resultados electorales del Domingo pasado este tema está en boca de muchos. Hay quienes solo lo dicen, otros lo están pensado de verdad : migrar hacia otro país.

Cruzar el punto de emigración es tan solo un paso. Una migración es un proceso complejo que requiere conocimiento, asesoría y planeación.

Si me voy, dejo de ser contribuyente ? 

La condición de residente fiscal en Colombia  se pierde cuando más del 50% o más de los activos que componen su patrimonio se encuentren en el lugar donde tiene su domicilio y más del 50% de los ingresos tengan origen en dicho lugar (el nuevo domicilio).

Visa para un sueño…

Cualquier decisión sobre el estatuto migratorio debe ser definida antes de emprender el viaje y fijar el domicilio, todo cambio de estatus migratorio de turista a residente, en la mayoría de países, tan solo procede en casos excepcionales como condiciones de asilo o regímenes migratorios especiales.

Teniendo en consideración estas premisas, cruzar la línea de emigración en un aeropuerto colombiano es tan solo el primero de muchos pasos que deberá dar el migrante.

A donde irse ? 

Son muchos los destinos posibles. Existen países de la Comunidad Andina de Naciones donde por reciprocidad y tratados vigentes pueden existir condiciones más favorables para obtener la residencia.

Canadá por ejemplo es un país reconocido por ser de puertas abiertas a los migrantes, sus planes de inmigración son abiertos, claros y transparentes, pero parten del supuesto de una planeación previa que puede tardar entre uno y dos años.

Estados Unidos concede visas de inversionista que no otorgan la calidad de residente, ni dan derecho a trabajar en dicho país. Cambiar de un estado de inversionista a residente es, nuevamente un proceso que requiere planeación.

Muchas personas han vendido tramitando su pasaporte español (y de otras nacionalidades), un documento que en virtud de una política especial expedida y reglamentada por el dicho Gobierno, otorga una calidad especial al individuo: ser nacional español es decir sujeto de derechos y obligaciones, entre ellos súbdito de la corona. Acá nuevamente, cruzar una frontera española y establecerse en territorio ibérico es tan solo el primer paso.

En este caso particular,  ingresar a España con ánimo y vocación de permanencia, no se exigirá documento adicional como permiso de residencia, visa especial o cualquier otro documento, pero la simple permanencia por más de determinado periodo de tiempo (por lo general más de 180 días), dispara inmediatamente la obligación de tributar.

Unión Europea : muchos pensarán que por tener pasaporte español, alemán o italiano las condiciones de residencia se extienden a otros países de la unión, esto es falso. Europa como comunidad tiene tratados y condiciones especiales para facilitar el tránsito entre países (tratado Schengen), lo cual no implica que un nacional de un determinado país, pueda establecer y fijar su residencia en cualquier país de la unión de manera automática, y que en el marco de su soberanía y políticas migratorias, cada país conserva la facultad de solicitar permisos especiales, visas y condiciones diferenciales para ciudadanos de nacionalidad comunitaria pero de origen no comunitario, como es el caso de los “nuevos españoles”.

La nueva condición de migrante y el estatus frente a la DIAN 

En este caso, todo ingreso de fuente local (lo percibido por el migrante Colombiano en el exterior, por rentas de trabajo, consultorías, asesorías, rendimientos financiero, o cualquier actividad) estará gravado de manera inmediata y deberá iniciarse un proceso de “darse de alta” ante la autoridad fiscal local o equivalente a la DIAN.

De manera progresiva se tendrá que dar el paso de ir disminuyendo el monto de ingresos y activos en su país de origen (Colombia) para poder perder la condición de residente fiscal, y evitar de esta forma una doble imposición.

Adicionalmente es preciso tener en cuenta en Colombia es de los pocos países en el mundo que gravan la propiedad y el patrimonio de la forma como lo hemos visto en los últimos años con el impuesto al patrimonio.

Entonces, frente a la DIAN en Colombia, una vez decido irme, que pasa?

Pensemos en que usted se va durante el año calendario 2022, es decir, año gravable 2022 para el cual se pagan impuestos en el año gravable 2023, en las fechas establecidas según los últimos números de su NIT. Además de cumplir con las dos condiciones ya enunciadas sobre ingresos y activos en Colombia, es importante manifestar que si la familia de quien emigra permanece en Colombia (ver NOTA 1), independiente del nuevo lugar de residencia fiscal, la condición de residente fiscal en Colombia no se pierde. La autoridad fiscal colombiana presume entonces que existe un ánimo de permanencia en el país, un arraigo (una casa, hijos en el Colegio, un par de automóviles) por consiguiente la condición se mantiene y las obligaciones de declarar ingresos y patrimonio subsisten.

Venta de activos : renta gravable y ganancia ocasional 

Si los activos tienen que estar radicados en el exterior ( por lo menos más del 50% ) para poder cumplir con la no existencia de criterios de residencia fiscal en Colombia, esto quiere decir que los activos deben ser “exportados”, trasladados o radicados en el exterior.

Los activos líquidos, como dinero en cuentas e inversiones no tienen problema, una simple transferencia a una cuenta del titular en el exterior cumpliría con el propósito. El activo pasa de una jurisdicción a otra, subsiste sin embargo un espacio de tiempo durante el cual se puede dar una doble obligación de declarar el activo (en una jurisdicción y otra).

Pero que hacer para otro tipo de bienes ? Que pasa con automóviles, acciones en sociedades bienes raíces y otro tipo de bienes muebles ?

Una primera aproximación puede ser : deben ser vendidos.

Supongamos que así ocurre. El dinero que se percibe, si es superior a su costo de adquisición, con los ajustes que permite la ley para determinar la utilidad fiscal, es superior, se considera utilidad. Se ha cumplido con el primer propósito de vender el activo, y volverlo líquido, transferir el dinero, y así disminuir el patrimonio (activos) en el país. Pero, si hay utilidad, deberá determinase si procede, según el caso un renta gravable, o una ganancia ocasional, liquidar y pagar este impuesto.

Para el caso de inversiones en sociedades (acciones) ya sea de sociedades que cotizan en bolsa o sociedades cerradas, es muy probable que el migrante opte por no venderlas, y desee conservarlas. Es perfectamente viable, y la condición de no residente, o ciudadano de otro país, no le impide mantener la inversión en el país.

Siempre y cuando las acciones que decida conservar no superen los montos establecidos (entre el total de su patrimonio) para ser residente fiscal colombiano, las puede conservar. En materia cambiaria y de régimen de inversiones internacionales, al ser una inversión originariamente nacional (poseída por un nacional) y cambiar su condición a ser propiedad de nacional / no residente, será necesario cumplir con las formalidades exigidas por las autoridades cambiarias para acreditar la condición de no residente respecto de dicha inversión. Esto será particularmente útil al momento de percibir dividendos o liquidar la inversión.

A manera de conclusión 

Son muchas las condiciones que deben cumplirse de manera clara y documentada para acceder a una condición (inmigrante en el nuevo país y emigrante colombiano) como la de perder la residencia fiscal en Colombia. No es un proceso sencillo, que se de de la noche a la mañana y libre de consecuencias económicas importantes, no solo en materia logística sino tributaria.

Se trata de procesos que requieren una adecuada planeación y acompañamiento para poder dimensionar la verdadera magnitud, costo y consecuencias del proyecto.

 

ESTA NOTA HA SIDO PREPARADA COMO UN DOCUMENTO INFORMATIVO ÚNICAMENTE – NO CONSTITUYE ASESORÍA O RECOMENDACIÓN LEGAL.

 

 

 

Ω

NOTA 1 : Consideraciones de la DIAN para residencia fiscal en Colombia

“Se consideran residentes en Colombia para efectos tributarios las personas naturales que cumplan con cualquiera de las siguientes condiciones:

1. Permanecer continua o discontinuamente en el país por más de ciento ochenta y tres (183) días calendario, incluyendo días de entrada y salida del país, durante un periodo cualquiera de trescientos sesenta y cinco (365) días calendario consecutivos, en el entendido que, cuando la permanencia continua o discontinua en el país recaiga sobre más de un año o periodo gravable, se considerará que la persona es residente a partir del segundo año o periodo gravable.

2. Encontrarse, por su relación con el servicio exterior del Estado colombiano o con personas que se encuentran en el servicio exterior del Estado colombiano, y en virtud de las convenciones de Viena sobre relaciones diplomáticas y consulares, exentos de tributación en el país en el que se encuentran en misión respecto de toda o parte de sus rentas y ganancias ocasionales durante el respectivo año o periodo gravable.

3. Ser nacionales y que durante el respectivo año o periodo gravable:

a) Su cónyuge o compañero permanente no separado legalmente o los hijos dependientes menores de edad, tengan residencia fiscal en el país; o,

b) El cincuenta por ciento (50%) o más de sus ingresos sean de fuente nacional; o,

c) El cincuenta por ciento (50%) o más de sus bienes sean administrados en el país; o,

d) El cincuenta por ciento (50%) o más de sus activos se entiendan poseídos en el país; o.

e) Habiendo sido requeridos por la Administración Tributaria para ello, no acrediten su condición de residentes en el exterior para efectos tributarios; o,

f) Tengan residencia fiscal en una jurisdicción calificada por el Gobierno Nacional como paraíso fiscal.

Las personas naturales nacionales que, de acuerdo con las disposiciones aquí señaladas, acrediten su condición de residentes en el exterior para efectos tributarios, deberán hacerlo ante la Dirección de Impuestos y Aduanas Nacionales mediante certificado de residencia fiscal o documento que haga sus veces, expedido por el país o jurisdicción del cual se hayan convertido en residentes.

No serán residentes fiscales, los nacionales que cumplan con alguno de los literales del numeral 3, es decir, que su cónyuge o compañero permanente no separado legalmente o los hijos dependientes menores de edad, tengan residencia fiscal en el país; o que habiendo sido requeridos por la Administración Tributaria para ello, no acrediten su condición de residentes en el exterior para efectos tributarios; o que tengan residencia fiscal en una jurisdicción calificada por el Gobierno Nacional como paraíso fiscal, reúnan una de las siguientes condiciones:

1. Que el cincuenta por ciento (50%) o más de sus ingresos anuales tengan su fuente en la jurisdicción en la cual tengan su domicilio.

2. Que el cincuenta por ciento (50%) o más de sus activos se encuentren localizados en la jurisdicción en la cual tengan su domicilio.

Tomado de : https://www.dian.gov.co/impuestos/personas/RentaNaturales/2016/Paginas/residente.aspx

Contexto : Para abordar el tema hay que entender un concepto fundamental denominado “la dinámica de la Familia Empresaria”, como el conjunto de antecedentes, hechos, situaciones, forma de actuar, privilegios, derechos, deberes pero sobre todo la problemática que enfrenta un grupo familiar que tiene la especial condición de interactuar en las siguientes tres esferas [1]

  • Negocio
  • Empresa
  • Propiedad

Desde la perspectiva de la asesoría que recibe la Familia Empresaria, la PPF es una disciplina que abarca entre otros : (i) derecho civil, (ii) derecho comercial, (iii) sociedades (iv) derecho  tributario y habilidades especiales del asesor para dialogar, conectar y entender al grupo familiar. Es una línea de asesoría altamente especializada, donde la calidad, experiencia y habilidades del asesor son determinantes. 

Una asesoría en PPF se desarrolla en tres fases : Análisis, Diagnóstico y Estrategia.  

A quien se ofrece la asesoría: En términos generales el grupo objetivo de este tipo de asesorías son familias de altos patrimonios con una trayectoria empresarial importante de dos o más generaciones. La Familia se encuentra en un momento especial, en medio de la particular dinámica propia de su condición de Familia Empresaria. Los procesos pueden derivar de momentos de crisis, oportunidades, la venta de la totalidad y parte del negocio “core”, entre otras situaciones, pero también – y es lo más deseable – de su interés de definir y fijar una carta de navegación para entender mejor las alternativas y beneficios de una planeación orientada a facilitar los procesos de transición generacional, con los retos que implica la adecuada transmisión del legado, la preservación de la Empresa y mantener unas buenas relaciones familiares. 

Herramientas de Planeación: Se conoce al Protocolo de Familia o Constitución Familiar como un instrumento eficiente para potencializar a la Familia Empresaria, definir reglas de juego y objetivos comunes para el corto, mediano y largo plazo. El Protocolo es tan solo una de muchas herramientas de planeación y en esencia es el repositorio de los acuerdos familiares sobre asuntos de diversa índole, importancia y trascendencia.

El Protocolo no se hace, se construye y es una premisa equivocada creer que un asesor o consultor elabora el Protocolo de Familia. 

Las bases para la elaboración de un Protocolo de Familia surgen precisamente de un ejercicio serio y a conciencia de PPF, donde puede o no definirse la necesidad, conveniencia o la oportunidad de contar con un Protocolo de Familia, o documento familiar. 

En muchos casos el Protocolo viene después. Esto significa que el grupo familiar aún no está listo para asumir el reto que implica construir un Protocolo. Un Protocolo de Familia puede tardar entre uno y seis años en ser construido, socializado, negociado y firmado. 

Otras herramientas que surgen a partir de los ejercicios de PPF y que resulten de vital importancia para la Familia Empresaria pueden ser : El Genograma Familiar, la Línea de Tiempo, el Mapa Patrimonial, la Declaración de Principios, Talleres de diversa índole, para abordar temas como el “sueño compartido”, la visión conjunta o los planes de la familia en los diferentes horizontes de planeación (corto – mediano y largo plazo), el manejo del conflicto, así como el desarrollo de habilidades para reunirse eficientemente, tomar decisiones informadas y desarrollar habilidades y herramientas de trabajo en equipo. 

El Family Office : Una Familia Empresaria organizada, con vocación de trascender y de dejar huella en su entorno, debe contemplar una gestión profesional, independiente y especializada de su patrimonio, separada e incluso aislada de la Empresa Familiar o del negocio “core”. Surge así el concepto tan de moda y al cual se hace referencia en el mundo de la Familia Empresaria : el Family Office, o la Oficina de Familia, como una unidad independiente de gestión y administración del Patrimonio de un Grupo Familiar, capaz de gestionar y administrar como un todo los asuntos patrimoniales, financieros y operativos de un grupo familiar. Se conoce también el Multi Family Office como una unidad creada por dos o más familias para ahorrar costos y obtener economías de escala.

El Multi Family Office ha sufrido sin embargo varias derivaciones del concepto inicial y se ha usado (erróneamente a mi juicio) para identificar asesores patrimoniales, financieros o de inversión.  

Gobierno Corporativo y Gobierno Familiar: La Familia Empresaria se estrena en estos conceptos debido a la estructura rígida, unificada y patriarcal de orden dirección y mando propias de grupos nacidos a partir de un fundador longevo que concentra el poder por muchos años e incluso designa sucesores. Las Familias que evolucionan y ven más allá de un par de meses o años, toman conciencia de la necesidad de enfrentar el rápido paso de los años y el crecimiento orgánico de grupo familiar para estructurar nuevas formas de gobierno tanto en el ámbito familiar como en el empresarial (Gobierno Familiar y Gobierno Corporativo). Surgen así conceptos y herramientas tan importantes como los Acuerdos de Accionistas, las Juntas Directivas (independientes o con apoyo de terceros), el Consejo de Familia, la Asamblea de Familia, los diversos comités y la unificación de esfuerzos en torno a objetivos comunes a largo plazo. 

¿Qué se requiere para llevar a cabo un ejercicio de PPF?

Debe ser una iniciativa acogida y aceptada por todos los miembros (o la mayoría) del grupo familiar, donde la selección y escogencia del asesor que liderará el proceso genere seguridad, empatía y confianza. El grupo familiar debe contar con recursos suficientes para asumir el proceso, en términos de honorarios profesionales, dedicación, tiempo y trabajo de los miembros de la familia. El asesor no trabaja solo.  En estos procesos, cuyos resultados pueden empezar a verse en el corto plazo, se recomienda incluir a los miembros más jóvenes del grupo o de la generación emergente, conocida en el medio como NextGen, ya que estos serán los más beneficiados con el establecimiento de reglas de juego claras y de una carta de navegación conjunta. 

¿Cómo se desarrolla un proceso de este tipo?

La metodología empleada consiste en desarrollar las tres fases señaladas (análisis, diagnóstico y estrategia) de manera secuencial y organizada. El análisis de información incluye información histórica y de antecedentes que se recopila en documentos, pero también a través de entrevistas personales (confidenciales), donde se aprovecha para tener información de primera mano sobre las expectativas individuales del proceso. Terminada esta fase, y como preámbulo de la etapa de diagnóstico, se hace una retroalimentación y alineación con el grupo familiar. 

El diagnóstico está a cargo del asesor, con el apoyo permanente de los líderes o responsables del procesos designados por la Familia. El diagnóstico va a acompañado de la construcción de documentos, información y herramientas que son entregadas a la Familia para su uso en diferentes áreas y aspectos de su dinámica familiar y empresarial. El cierre de esta etapa está marcado con la entrega de un informe preliminar que asegura mantener la alineación de expectativas y resultado entre el asesor y la Familia. 

Con el apoyo y la retroalimentación recibida, se elabora un documento final, que contiene el resumen de todas las etapas del proyecto, los hallazgos relevantes y las recomendaciones, a manera de una estrategia para implementar en el corto, mediano y largo plazo.

Se incluye cuando esto sea posible herramientas de rápida implementación o «Quick Wins» que son en esencia recomendaciones encaminadas a realizar pequeños ajustes de fácil implementación en las diversas esferas de la dinámica familiar y que pueden dar resultados inmediatos. 

La entrega del informe final se hace a manera de una reunión formal con la mayor cantidad posible de miembros del grupo familiar. La entrega de este informe debe marcar un hito importante en la evolución de la Familia Empresaria y convertirse en la piedra angular de su proyección hacia las siguientes generaciones. 

Implementación 

La implementación de las recomendaciones y de la estrategia formulada por el asesor es un proyecto separado e independiente, que debería (idealmente) iniciar de manera inmediata, debido a la enorme cantidad de frentes a cubrir. Es importante que durante la etapa inicial no se pierda el foco ni el norte y que el posible afán de contar con una nueva herramienta (protocolo, acuerdos, órganos de gobierno) no afecte el curso normal de la asesoría inicial. 

Ω

 

[1]

La teoría de los tres círculos fue introducida hace varias décadas en la Escuela de Negocios de Harvard por John Davis y Renato Tagiuri. Davis es una autoridad en la materia y permanece vigente, es autor de múltiples publicaciones y conferencista. Esta teoría rápidamente se convirtió, y continúa siendo un marco de referencia obligado para entender  los sistemas de empresas familiares, utilizado por familias, consultores y académicos de todo el mundo.

 

La teoría de los tres círculos explica en términos simples, los tres grupos interdependientes y superpuestos que componen el sistema empresarial familiar: familia, empresa y propiedad. Como resultado de esta superposición, hay siete grupos de interés presentes, cada uno con sus propias perspectivas, metas y dinámicas legítimas. El éxito a largo plazo de los sistemas de empresas familiares depende del funcionamiento y apoyo mutuo de cada uno de estos grupos.

 

Recientemente me enviaron un Protocolo de Familia para mi revisión. Asumí el encargo con poco entusiasmo. Es como cuando a un arquitecto le entregan los planos de una casa para que los revise, siendo que quien está llamado a hacer los planos es el arquitecto. Sin embargo, acepté de buena gana, por tratarse de gente cercana que aprecio mucho.
Al mejor estilo de un profesor, tomé un lápiz rojo y empecé a leerlo con ojo crítico, tratando de rescatar los elementos positivos del documento.
El resultado final fue catastrófico, de haber tenido que conceder una calificación, esta hubiera sido de 3 sobre diez.
¿Pero porque tan “cuchilla”, como se le dice a los profesores que son duros a la hora de calificar ?
Pues bien, la persona que me envío el documento y su grupo familiar cayeron en la trampa de pensar que el Protocolo de Familia es simplemente un documento que se hace.
¡No! Nada más alejado de la realidad. La definición de Protocolo Familiar y su esencia misma son algo un poco más complejo y profundo.
Mi definición de Protocolo de Familia es la siguiente :
El Protocolo de Familia es en efecto un documento, pero este se elabora a partir de un proceso, participativo, incluyente y negociado, a través del cual, mediante una metodología estricta, ordenada y orientada por un profesional, se construyen principalmente las bases para definir las reglas de comunicación de una familia, las reglas de gobierno, toma de decisiones, reglas de conducta y los mecanismos de resolución de conflictos.
Estas reglas también deben incluir aspectos tales como las asuntos relacionados con. la transición generacional, la asignación y uso de recursos, y las funciones de los miembros de la familia en su doble rol de propietarios y miembros del grupo familiar.
El Protocolo de Familia debe prever también la creación, integración y funcionamiento de los órganos de gobierno, un aspecto fundamental para el éxito de cualquier iniciativa que se pretenda desarrollar a futuro.

El resultado de este proceso se consigna en un documento. Este documento lleva el nombre de Protocolo de Familia.

Recomendaciones

El contenido de un Protocolo de Familia debe principalmente ser el reflejo de lo ocurrido a lo largo del proceso participativo. No puede ser el fruto del esfuerzo imaginativo de una sola persona. Tampoco puede ser el dictado de la voluntad del Patriarca o del grupo de líderes de la familia.

Insisto en que debe ser un documento impecable, con estructura. Debe tener referencia a los antecedentes e historia del grupo familiar, sus principios, valores y el propósito que los motivó a construir el Protocolo de Familia, acordar su contenido y aprobar los acuerdos en el consignados.
El romanticismo, si así se le quiere llamar, la historia y los antecedentes son una pieza fundamental del contenido de un Protocolo de Familia. En este aspecto puntual, por ejemplo, es donde se puede involucrar a ciertos miembros de la familia que por alguna razón no serán tan participativos en otros aspectos del proceso.

Ningún asunto puede ser abordado a la ligera, estar mal definido o prestarse para dificultades de interpretación a futuro.

El Protocolo debe contar con cuantos anexos sea necesario para reglamentar de manera clara, precisa y detallada cualquiera de los temas que por su importancia en el grupo familiar requerirán de un mayor nivel de profundidad y de detalle.

Estos anexos y aspectos puntuales del Protocolo de Familia deben también poder ser objeto de actualización y revisión periódica por asuntos tales como el paso del tiempo, cambios en la ley, coyuntura o la evolución misma del grupo familiar.

También debe tenerse especialmente cuidado en dos aspectos fundamentales:

Primero : “lo bueno, si breve, es dos veces bueno”. La calidad e idoneidad de un Protocolo de Familia no se mide en gramos de papel, sino en la calidad del contenido y en lo genuino y legítimo de sus acuerdos. Quien lee un Protocolo de Familia varios años después de su publicación debe sentir en su contenido el ADN de la familia y ver en su contenido el fiel reflejo de un proceso incluyente y participativo. Evite el relleno, el lenguaje confuso e incluir temas innecesarios, irrelevantes o que no apliquen para su grupo familiar. En un Protocolo de Familia aplica la ley de Pareto : 80% del trabajo está en el proceso, 20% en la redacción del documento final que contiene el resultado de lo acordado durante el proceso.

Segundo: no todas las disposiciones de un Protocolo de Familia tienen fuerza legal, efecto vinculante y pueden ser posteriormente exigibles a las sociedades del grupo familiar, a terceros e incluso a los mismos miembros de la familia.

Asesores no abogados omiten esta importante consideración y envían a la familia a casa, graduada en una serie de charlas, talleres y conferencias, con un documento muy bonito y completo, pero que carece de la sustancia necesaria para ser usado a futuro, ser vinculante y tener fuerza legal.
Esto se logra con un complejo trabajo que no acaba con la redacción y firma del Protocolo de Familia, sino que inicia de manera simultánea o inmediatamente posterior a dicho momento.

Se trata de la complementación del esfuerzo realizado. a través de la actualización de los Estatutos de las sociedades de la familia, la construcción de los anexos previstos en el Protocolo de Familia y lo más importante, la redacción y aprobación formal de acuerdos de accionistas.
Aquí es donde nuevamente observamos en la práctica diaria, eventos de frustración de familias que creyeron haber logrado mucho con el Protocolo de Familia, pero que al momento de usarlo para un fin determinado o ante una situación compleja, se quedan cortos en herramientas y mecanismos para enfrentar de manera ágil e inteligente la situación.

Conclusión

Para algo tan importante como lo es la Carta de Navegación de una Familia, o su Constitución, como también se le conoce al Protocolo de Familia, no ahorre en recursos, en tiempo en imaginación y en dedicación.

Conceda el privilegio de permitir que su familia sea asesorada por un profesional idóneo y con experiencia que mire a la familia desde afuera, con criterio y objetividad y que contribuya al proceso orientando a la familia hacia un resultado exitoso, no hacia el abismo que implica hacer cosas improvisadas y carentes de toda efectividad.

La Ley 1996 de 2019 eliminó la interdicción judicial de nuestro ordenamiento jurídico, dando cumplimiento a los compromisos internacionales asumidos por Colombia con la ratificación de la Convención sobre los Derechos de las Personas con Discapacidad de las Naciones Unidas.

A partir del fallecimiento de una persona, surge a la vida jurídica una comunidad de bienes dejados por el causante, que constituye un patrimonio destinado a ser liquidado. Están facultados para solicitar la liquidación de la herencia, los herederos, el cónyuge o compañero permanente, el albacea designado por testamento, y los terceros interesados, en los términos de ley, si no fue otorgado testamento en vida de la persona, o según lo establecido por el causante mediante testamento.

En el presente artículo nos referiremos a las sucesiones ilíquidas que para todos los efectos, son sujetos pasivos del nuevo impuesto al patrimonio creado por la Ley de Financiamiento, Ley 1943 del 28 de diciembre de 2018 (“LF”), vigente a partir del 1º de enero de 2019. Este impuesto se causa y liquida por los años 2019, 2020 y 2021, por el hecho de poseer un patrimonio líquido superior a $5.000 millones de pesos al 1º de enero de 2019

 

Las sucesiones ilíquidas no serían responsables del mencionado impuesto por los años 2020 y 2021, si se liquidan antes de dichas fechas.

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Por Rodrigo Lozano Vila

Tuve la fortuna de tener en mis manos y de leer el libro de Agustí Sala :  «Secretos de Familia, las guerras del poder» del cual me permito hacer una breve reseña y compartir algunas reflexiones.

Con un estilo periodístico envidiable, Sala mantiene cautivo al lector con un relato bien documento, descriptivo y agradable sobre la vida de 37 familias empresarias alrededor del mundo. No se trata de familias cualquiera, incluye a los Gucci, los Guinness, los Bacardí, los Osborne, los Ferragamo, la familia Christiansen (Lego) y hasta la familia Slim del gran magnate mexicano.

El autor español introduce el concepto de sueño compartido afirmando que «los vínculos de sangre proporcionan una fuerza especial a las sociedades como consecuencia de una historia, unos valores y unos intereses que sus integrantes tienen en común (…) »

Esto hubiera permitido al autor incluir en su libro maravillosos relatos de éxito familiar y empresarial ya que una mezcla equilibrada de buenos valores, principios y relaciones familiares, sumada a un éxito empresarial que produce riqueza y bienestar a una familia puede convertirse en la clave de la felicidad. Sin embargo y como lo señalan sus relatos, esto no siempre es el caso.

Del poder y la riqueza en muchas de las familias reseñadas también es posible extraer crueles testimonios de tragedia, destrucción, rompimiento e incluso asesinatos como ocurrió en la familia Gucci cuando Patricia Reggiani contrató un par de sicarios profesionales para asesinar a su esposo Maurizio Gucci, tras años de una saga familiar caracterizada por trágicas historias de celos, rencor, pasión y revancha, entorno a la riqueza de la familia, esparcida más allá del fundador y de sus hijos.

Los cinco capítulos de su libro tienen títulos sugestivos como «Batallas y Guerras», «Disputas y Cimas», «la Continuidad», «la hora del relevo» y finaliza con «claves de supervivencia», incluyendo en este último capítulo el caso de la familia japonés Kongo Gumi, que logró perdurar durante más de 1.400 años, pero que feneció a finales de 2006 por circunstancias curiosamente de mercado, no de familia.

Además de lo agradable que resulta leer historias donde los detalles y curiosidades reveladas por el autor nos transportan a otro mundo, este libro me permitió recordar que a partir de las historias se pueden escribir nuevas y mejores historias para evitar que ciertos sucesos se repitan, o para proteger a las generaciones futuras para que no caigan en los errores de sus antepasados.

Reflexión : Las familias no se deben concentrar únicamente en la gestión y administración de su riqueza, teniendo como foco de atención su crecimiento sostenido. Más que eso, la familia empresaria debe velar por hacer esfuerzos permanentes por conocer, exaltar, propagar y difundir los valores fundacionales del Patriarca, o del puñado de familiares que lograron hacer germinar y crecer la semilla del patrimonio. Estos sólidos valores y principios son aquellos que permitirán precisamente construir el sueño compartido de que habla el autor, a partir del cual una familia puede corregir su rumbo, definirlo de una mejor manera, escribir una nueva historia, o construir como debe ser, acuerdos sólidos, basados en los valores fundacionales de la primera generación, de aquella que por estar tan ocupada trabajando y haciendo riqueza, no tenía tiempo ni necesidad de pensar en valores negativos o luchas de poder que es lo que precisamente destruye y acaba con los patrimonios familiares.

Es necesario ir más allá de la investigación y difusión de los valores fundacionales, estos deben ser tomados como fuente e inspiración para construir acuerdos como Protocolos de Familia, Acuerdos de Accionistas, Reglas de Gobierno Familiar y Corporativo, y todos los reglamentos que permitan que el tránsito generacional se desarrolle de manera adecuada y pacífica garantizando la continuidad del Patrimonio Familiar.

En una familia empresaria de tercera y cuarta generación hay suficiente capital humano e intelectual para permitir que mientras unos miembros de la familia, junto con sus gestores profesionales externos se dedican a la administración y preservación del patrimonio en el plano empresarial, otro grupo de familiares, apoyados por sus consejeros y asesores de confianza dediquen tiempo, recursos y esfuerzos a construir dichos acuerdos.

Solo así se logrará un adecuado balance entre los dos activos más importantes de un Patrimonio Familiar : la riqueza y el capital intelectual.

Por Diana María Navas

21 julio 2016

A propósito del anuncio que recientemente hizo el emperador japonés Akihito de 82 años, sobre su intención de abdicar en su hijo Naruhito dentro de los próximos años, resulta importante analizar el tema de la sucesión de la empresa familiar. Leer más

Por Rodrigo Lozano Vila (*)

27 de julio de 2015

En medio de la dinámica de la familia empresaria (1) el tema de las reuniones resulta ser más complejo de lo que se cree.

Una familia puede tener varios tipos de reuniones (Asambleas, Consejos de Familia, Juntas Directivas, Comités o simplemente reuniones familiares), con temarios, asistentes, importancia, periodicidad y formalidades totalmente diferentes.

Cualquiera que sea el tipo de reunión, existen varios lugares comunes que es importante conocer y analizar con el fin de evitar que reunirse en familia se convierta en una obligación o un karma (para algunos) y pase a convertirse en la herramienta tan poderosa que resulta ser mantener a un grupo unido, informado y orientado en torno a mantener a la familia unida y a la producción de resultados.

Veamos cuales pueden ser aquellos lugares comunes, con el fin de identificar soluciones que permitan tener más y mejores reuniones.

Diversidad de agendas: Cada miembro de una familia empresaria maneja su propia agenda de temas, su propio calendario, sus propios intereses y sus obligaciones familiares y profesionales. Sus prioridades pueden estar o no alineadas con las de la familia, y por alguna razón u otra su interés y capacidad de dedicación a los temas comunes puede resultar limitada o incluso inexistente. Esto no es reprochable y la familia empresaria debe estar preparada para ello. Lo importante es que cada miembro de la familia, de acuerdo con sus capacidades, habilidades, disponibilidad, interés y conocimiento, se comprometa a aportar eficientemente a las causas comunes.

Estados de ánimo: No todos atravesamos por los mismos estados de ánimo en un momento determinado. Mientras unos están llenos de ideas, energía y ganas de contribuir con los propósitos comunes, pueden existir otros que tengan menos energía y ganas de trabajar que los demás.

Periodicidad: Es importante que las reuniones tengan la periodicidad adecuada que permita a los miembros de la familia ajustar sus calendarios y compromisos personales para cumplir con los compromisos familiares.

Duración de las reuniones: Las reuniones no pueden ser muy largas, por el contrario deben tener una duración adecuada para capturar la atención de sus asistentes, asimismo deben estar acorde con la disponibilidad de quienes participen en ellas.

Temario: Es imposible agotar un temario indefinido y más aún si con anterioridad a la reunión no se conocen los temas que se van a tratar. Resulta también frustrante llegar a una reunión para tratar un tema, y que se traten temas diferentes, nuevos, desconocidos o sobre los cuales no se tiene la información suficiente para poder opinar, discutir o incluso aprobar la toma de una decisión colectiva.

Espacios y comodidad: Aunque parezca irrelevante, el lugar en el que se va a llevar a cabo la reunión es tan importante como la reunión misma. Si es una reunión de Asamblea de Accionistas no es recomendable que esta se lleve a cabo en la sede de la empresa misma, donde empleados y directivos puedan interferir con la privacidad necesaria para la discusión de temas y toma de decisiones. Las reuniones familiares, donde se tratan temas de familia y no de empresa, deben ser en la casa de un miembro de familia, o en un espacio adecuado donde no interfieran los temas económicos y de negocios con los temas de familia o personales.

Recomendaciones: Habiendo identificado algunos de los factores relevantes entorno a las reuniones de las familias empresarias, pasamos ahora a formular diez recomendaciones de fácil implementación para que las reuniones familiares se conviertan en la importante herramienta de unión familiar y producción de resultados en beneficio de todos sus miembros.

1- Periodicidad. Una reunión semanal es difícil de atender, pero en cambio una muy buena y planeada reunión mensual puede convertirse en “sagrada” y de tal interés para los miembros de la familia, que se convierte en un espacio necesario, agradable y productivo.

2- Temas a tratar y lugar de la reunión. El responsable de citar a una reunión debe ser el encargado de fijar una agenda de temas, una hora de inicio y una hora de finalización, así como ser el responsable de la logística para contar con un espacio adecuado, agradable y con los medios necesarios para poder trabajar en grupo. Recordemos que por irrelevante que parezca la comodidad del sitio de reuniones, en cuando a temperatura, iluminación, asientos y recursos de todo tipo es esencial para el éxito de la reunión. En estos detalles las familias deben hacer esfuerzos para que una reunión no se vea opacada por la incomodidad con la que tuvo que llevarse a cabo.

3- Citación y concertación de fechas. La citación a cualquier reunión debe hacerse con suficiente antelación y cada asistente tiene el derecho de contar con la información necesaria para ser analizada de manera previa a la reunión. Cuando se trata de reuniones que deban llevarse a cabo con cierta periodicidad, es importante que los miembros del grupo acuerden de manera conjunta las fechas de las siguientes reuniones y puedan coordinar sus calendarios personales. Es importante tener en cuenta fechas especiales de vacaciones familiares, cargas de trabajo individuales de los miembros de la familia, así como periodos en los cuales el grupo deba reunirse con mayor periodicidad.

4- Faltar no es un pecado. Es importante tener en cuenta que no todos los miembros de una Asamblea, de una Junta, de un comité o de la familia pueden estar presentes el mismo día a la misma hora en el mismo lugar, y por esta razón debe preverse le posibilidad de que uno o varios miembros puedan faltar a las reuniones, por motivos personales o ajenos a su voluntad. Es mejor contar en una reunión con una persona dispuesta a escuchar y participar, que contar con una persona que a pesar de encontrarse presente físicamente, no esté disponible mentalmente. Es importante que el grupo pueda excusar la ausencia de un miembro de familia por razones personales, sin tener que dar justificación o que su ausencia sea reprochada en el futuro. De la misma forma, es importante que se tomen los mecanismos adecuados de representación o suplencia que permitan que las reuniones se puedan llevar a cabo sin desconocer los derechos e intereses de los ausentes.

5- Urbanidad. Asuntos tan sencillos como respetar el uso de la palabra, no interrumpir, mantener los celulares apagados y tener una buena postura, son esenciales para el buen desarrollo de una reunión. He conocido casos donde el constante bostezo de un asistente a la reunión resulta convirtiéndose en ofensa para el expositor. La reiterada revisión del celular como un factor de distracción y el excesivo uso de la palabra por parte de algunos, como factor de intimidación para los demás. Se deben fijar reglas sagradas para todos los asistentes, y para que la reunión no resulte tan pesada. Es vital establecer recesos en los cuales las personas pueden hacer llamadas, revisar sus mensajes y descansar un poco. Del buen comportamiento de los asistentes a una reunión y el interés que demuestren tener por los temas que se tratan depende el éxito y efectividad de la misma.

6- La importancia del foro. Las salas de juntas se deben reservar para las reuniones de negocios y el comedor de la abuela para los temas familiares. Las familias tienen la tendencia a reunirse mucho, por voluntad propia, por conveniencia, por necesidad, o simplemente porque un miembro de la familia en especial los convoca entorno a su presencia para compartir un momento especial, una cena, un evento o una simple reunión. Las familias no deben utilizar los espacios familiares para hablar de negocios y deben respetar la dinámica propia de las relaciones de familia, donde miembros más jóvenes deben tener el privilegio de disfrutar de sus padres, sus tíos y sus primos hablando de temas diferentes a los negocios y al patrimonio de familia.

7- La información es clave. Es importante que las personas encargadas de administrar el patrimonio familiar, o aquellas encargadas de manejar temas familiares (Consejo de Familia) mantengan informada a la familia sobre sus actividades y los proyectos que son de interés para todos. Ante la imposibilidad de reunirse, existen medios digitales muy eficientes como los correos electrónicos, los “chats” o incluso algunos más sofisticados como “portales familiares”, para mantener un flujo de información constante, permanente y actualizado entre la familia, y lograr de esta forma que cambios, modificaciones o decisiones entorno al patrimonio no resulten en sorpresas sino en hechos cumplidos. La información debe ser corta, sencilla y adecuada para que sea entendida por todos los miembros de familia. Los informes deben ser didácticos y los números manejados de una manera tal que sean entendidos por todos. Mantener a la familia informada es una obligación de quienes tienen bajo su responsabilidad el manejo y administración del patrimonio y un derecho de quienes son beneficiarios del mismo.

8- No lo tomemos de manera personal. Debido a que los miembros de la familia interactúan entre ellos en diversos foros y escenarios, es normal que entre los miembros de una familia se puedan presentar altercados, incidentes, desatenciones y roces por la forma como dos o más miembros de un grupo familiar se relacionan entre sí. Para evitar que esto suceda, es importante que los mensajes sean claros, directos y concisos, dotados de seriedad y objetividad, evitando que en ellos se transmitan mensajes ocultos, indirectas o críticas a otra persona. «Lo cortés no quita lo valiente», y viceversa, lo cual debe permitir que los miembros de una familia cuando hablen de negocios, o participen en reuniones con terceros, dejen atrás la excesiva pleitesía, y guardando la cordialidad y el respeto puedan transmitir su ideas, críticas, observaciones y contribuciones en medio de una reunión sin temor a ser interrumpidos, juzgados o controvertidos de manera innecesaria.

9- La presencia de un tercero. A veces, ante la imposibilidad de tener reuniones efectivas entre miembros de una familia, la solución puede estar en invitar a un tercero para que oriente la reunión, asigne el uso de la palabra y sirva como mediador entre los miembros de la familia. No se debe descartar también la importancia de invitar a miembros de la familia más jóvenes, integrantes de las generaciones que el día de mañana habrán de gozar y administrar el patrimonio familiar. A estos jóvenes hay que darles el ejemplo desde ya de la forma como deben llevarse a cabo las reuniones. Tal vez contando con su presencia nos motivemos a llevar a cabo más y mejores reuniones de familia.

10- La importancia de la formalidad. Sin caer en la trampa de excesivos protocolos y formalidades, es importante que se respeten como mínimo algunos procedimientos y prácticas en medio de la dinámica de las reuniones familiares, como iniciar las reuniones a tiempo, hacer bueno uso de la palabra, comportarse de manera adecuada, terminar a la hora anunciada, no reunirse en exceso, ser eficientes en la presentación de los temas, y sobre todo en su preparación previa, pero lo más importante, que de cada reunión se deje una memoria adecuada a través de una grabación, un resumen o un acta, lo cual permitirá revisar el día de mañana el sentido de una votación, el alcance de una decisión o la aprobación de una moción.

Esperamos que la identificación de los lugares comunes y las recomendaciones para llevar a cabo reuniones más efectivas y eficientes resulten de utilidad para su grupo familiar.
(*) Rodrigo Lozano Vila es socio y fundador de Lozano Vila & Asociados una firma de abogados de Bogotá – Colombia, con más de 14 años de trayectoria en el medio, especializada en Derecho Comercial y Planeación Patrimonial Familiar. Es abogado de la Universidad de los Andes, especialista en Legislación Financiera, Derecho Comercial y Planeación Patrimonial Familiar.

(1) Recordemos que por Familia Empresaria se entiende aquella familia que además del vínculo de consanguinidad comparte intereses económicos en uno o varios negocios, propios o en asocio con terceros, o familias que tienen bienes o activos en común y que a pesar de no usarlos, disfrutarlos o administrarlos conservan un interés colectivo sobre los mismos. Los miembros de una familia empresaria no siempre están involucrados en la gestión y administración de su patrimonio de la misma manera, sus aportes y dedicación varían según el tamaño del patrimonio familiar, el tipo de negocio, sus intereses, capacidades y proyectos de vida personal.